Un quiropráctico puede hacer maravillas para resolver esos dolores que resultan de la actividad diaria o de despertarse en el lado equivocado de la cama, pero hay que volver una y otra vez si se quiere que esos beneficios se mantengan.
Una hamaca puede ser su mejor compañera y ayudarle a reducir o incluso eliminar esas costosas visitas al quiropráctico.
Dormir en una hamaca proporciona un tipo de relajación muy diferente al de dormir en una cama.
Como las hamacas cuelgan, incorporan la gravedad para soportar sólo el peso de tu cuerpo, en lugar de luchar contra la gravedad como hace un colchón.
Este tipo de soporte súper flexible puede reducir la tensión en puntos de presión como las caderas, las costillas y las vértebras. Tu peso se distribuye uniformemente, mientras el tejido se amolda a tu cuerpo de forma natural.
La próxima vez que te sientas un poco somnoliento, haz una prueba: prueba tu hamaca en lugar de tu cama. Métete en tu hamaca y balanceate suavemente. Asegúrate de tumbarte en diagonal y haz ligeros ajustes hasta que te sientas casi sin peso.
Esa es la clave.
Antes de que te des cuenta, estarás meciéndote en un suave sueño, y creemos que te despertarás sintiéndote fantástico.
En lugar de volver al quiropráctico, empieza a visitar regularmente tu hamaca: ¡es mucho más barato y relajante! No sólo es probable que tengas un sueño mejor y más profundo, sino que también es probable que te despiertes menos rígido y menos dolorido, listo para afrontar el día.
Echa un vistazo a nuestros últimos tejidos y estilos y elige un color que vaya con tu decoración. Las hamacas que funcionan bien para dormir son las hamacas mayas, las brasileñas y las nicaragüenses.
Ya sea que utilices tu hamaca para dormir la siesta, para una buena noche de sueño o para dormir los efectos de una mala noche, el suave balanceo y la comodidad que sentirás mejorarán tu estado de ánimo.